Cuerdas sin atar

Imágenes atrapadas en una batidora que no deja de girar, cordones que pierden su grosor y desatan los extremos de los temores más reales, vías de escape atascadas por miradas difusas, perdidas, sin saber o querer encontrarse entre la multitud, volantes sin dirección, escudos de papel mojados por el viento...

Pasos cruzados

Al borde del precipicio de las páginas en blanco, con la esencia de un telegrama enrollado, con la fuerza de una máquina de juegos, latidos perdidos en la inmensidad de la calle, murmullos ahogados por el eco de un río, cerrar los ojos en voz baja, hacer que los días resbalen, huir...

Dicen...

Revolver las razones que le llevaron allí, rescindir una promesa ante la mirada inocente de quien se choca contra el suelo, impregnar de mentiras un juramento, repasar las líneas de un boceto a contraluz, no entender el daño cuando la inocencia se adueña de las escenas que se comparten a diario, deslizar la mano con temor evitando las astillas de las barandillas... Correr.

Palabras sin letras

Un sueño entre piratas, entre mares que se miran con temor, donde decenas de palabras flotan a la deriva en busca de un mensaje extraviado en algún rincón de la mente de cualquier marinero varado en la bahía. Sentado entre las rocas afiladas, pensando con los ojos cerrados, las piernas cruzadas y la mente en blanco. Simplemente compartiendo en solitario las sensaciones más abruptas que la vida le ha dejado pegadas en la puerta de la nevera. Las mismas expresiones que crea el sonido olvidado, el eco de unas escaleras vacías que huelen a la sal que se escapa por las grietas de una ventana rota por el tiempo. Donde los granos de arena caen como gotas de plomo sobre hierro fundido y graban los deseos que se sienten antes de dormir, cuando el subconsciente insiste en que la mente esboce un dibujo y se evada por la irrealidad de un mundo sin brechas...

Memoria de lo irreal

La idea de un secreto que regresa en forma de fotograma, el óxido de la llave de las cajas que sellaron un momento, la certeza de un café con leche entre pinceladas de latón, el estallido de una voz quebrada por el tiempo, la expresión de anclar las ilusiones, las grietas de un espejo polvoriento, las miradas al horizonte encerrando expresiones contrapuestas y pasos enfrentados.

Dentro de las letras...

Sin que su voz encontrase destino, sin que las paredes devolvieran el eco, sin que las sensaciones hablaran por sí solas, sin chocar con las personas, perdiéndose entre las siluetas de una noche de madera, sin dejar que el mundo se rompiera en mil pedazos esparcidos por el viento, sin perderse en el horizonte...

Cuando...

Cuando un truco no tiene trampa, cuando te cuelgas del viento de una historia, cuando saltas al vacío con la seguridad de un paso firme, cuando mojas de barro las mentiras, cuando escuchas palabras que reconfortan, cuando clavas la mirada en hoy, cuando coses la brecha del miedo, cuando bebes café pensando en un camino sin baches, cuandote olvidas del hielo, cuando el día no se hace noche, cuando una carta no necesita matasellos, cuando con sonreír basta.

Juegos de enero

Cerrar los ojos y escuchar el fluir de los ríos al anochecer, obervar el reflejo de los deseos en las lagunas mientras el hielo se funde entre miradas de admiración, ciclos de cuentos inacabados, alegres, extraños... Hilos de cobre se escurren entre los dedos, jirones de tela irregular para atrapar las letras que viajan con el viento, susurrando detalles que quedaron, mordiendo escenas que se fueron...