
Aromas perdidos y una brisa que mece sonidos ocultos entre árboles que gobiernan una senda olvidada. El sabor de las ramas de una ruta empapada en palabras que susurran una historia, complicidad marcada por el crujir de dos hojas enmarcadas en mañana para perderse en el desierto de un silencio adormecido, en un paisaje en el que el sol de media tarde dibuja tu mejor retrato: una sonrisa cansada y la realidad de vivir un sueño...