
Tiempos en escenas ambivalentes, escapadas pensadas para volver al amanecer con las luces desgastadas, el aliento contenido y el reloj a medio atar. Soluciones a cuatro ruedas, calles empedradas y la maleta repleta de papeles desordenados. Un comienzo inesperado y sin fecha de caducidad, buscando pintar un instante con una paleta de colores ascendentes en una ciudad borrosa. Podemos, y lo sabes!
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