
Acompasar los pasos, mojarse sin preocupación, cronometrar los segundos, fijar los minutos, delimitar las horas, apretar, relajar, comentar el vacío, charlar para olvidar la intensidad de una subida, elegir qué sonrisa esbozar durante esa primera bajada, correr, adelantar, que te adelanten, respirar, notar la lluvia, pisar un charco, dos, doce... Reír, hablar, pensar, seguir, no parar. Cruzar la meta con esa sonrisa no quiere desaparecer...