miércoles, 26 de enero de 2011

Blancas, negras, redondas, semicorcheas...


Canciones que resisten entre los bolígrafos que empañan de tintas las almohadas cada noche, acordes caducados en la esfera de un reloj que descansa sobre la mesa, melodías quebradas por una voz que resuena entre los recovecos del desván, corcheas que bailan en un pentagrama sin clave de sol. Discos para nada rayados, que dicen lo que nadie sabe pronunciar, sin voces quebradas y acompañadas por la seguridad de una guitarra afinada...

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