Asomarse a las palabras con un punto de alegría y otro de humildad. Revelar el secreto que esconden las nubes. Enlatar las historias que el viento distribuye. Sorber el café de las seis. Disfrutar de la sobremesa a medianoche. Regalar un pedacito de sinceridad. Recuperar la transparencia de un momento irrepetible. Subir las escaleras de la inocencia. Engancharse a las escenas que no se cuentan con un teclado. Perfilar el frío de un amanecer...
2 comentarios:
Muy bueno, te sigo.
Un saludo
Siempre escribes justo lo que necesitamos leer. Muy breve todo pero intenso, inverosimil. Hermoso.
Abrazos
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