
Romper el silencio con una palabra, despejar la mirada del horizonte y regresar a la realidad donde el hormigón continúa cubriendo las grietas de aquel camino sin asfaltar, tachar los pasatiempos que se niegan a alinearse a favor del único boli de la sala de espera, matizar un documento de palabras técnicas y entender que la solución tardará en aparecer...
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