sábado, 2 de abril de 2011

Horas sin compás

Una imagen difusa al otro lado de la pared. Un dibujo olvidado en una cartera de costuras desgastadas. Una foto de joven en el bolsillo de una gabardina descolorida. Un juego de niños envuelto en la madurez de quien ya se jubiló. Un reloj de cuerda que ya no repite las horas. El miedo de crecer aguarda cobijado dentro de un cuento, dentro de un relato que cada adulto escribió cuando apenas sabía qué era ser mayor.

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