jueves, 7 de abril de 2011

Ciudades convertidas

Noches largas, oscuridad destronada por los miedos que se escapan de todos esos balcones que, por unas horas, no pueden dormir. Nubes cercanas, niebla lejana. Susurros, confesiones entre robles, hayas y pinos. Secretos lanzados al viento, palabras que vienen y van, que se escuchan, se sobreentienden y se confunden. Mensajes codificados por un abrazo cuando el día se apaga, por la certeza de un instante sencillo, por la elegancia de algunos sueños cruzados, por la ironía del juego del escondite, por las pesadillas de ojos despiertos. Sentimientos encontrados por la ciudad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigue así

Anónimo dijo...

La ironía del juego del escondite.