sábado, 27 de septiembre de 2008

Cada dos minutos...


Sueños que se evaporan en la atmosfera indiciplinada de un concierto. Saltos, gritos, el caos que te apasiona... Todas las letras de las canciones que nos hicieron reir en un coche, que conocimos de rebote de aquel chico "raro" que escuchaba grupos alternativos. Una melodía en la cabeza y cientos de notas que golpean contra las cuerdas vocales en busca de un orificio por el que escapar. La voz ronca de vocear a coro con los tuyos canciones con mayor o menor significado. Una historia que se repite en los portales y que acaba con más de un brindis cerca de la barra de un bar lleno de gente que quizá no encaja, pero que, por una noche, es feliz. Y ya se sabe, cada dos minutos una nueva estrofa...

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