
En esos días en los que uno pierde la noción del tiempo y sin saber muy bien qué hacer con esa sensación, piensa cómo sería la vida en un sitio que no es el suyo, y hace una lista de mandamientos incumplidos y recapitula el momento para darse cuenta mientras camina de vuelta a casa que una sonrisa dibuja su rostro cansado cada vez que piensa que esa ciudad ya nunca le dejará indiferente...
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