sábado, 11 de julio de 2009

Mañana será mañana...


Ruidos sordos que no escuchan esa historia que se fragua antes de que el día despunte en una mañana de fiesta. Volver a casa y dormir con la mente dispersa mientras la misma escena se repite cada tres segundos. Desinflarse como un balón pinchado antes de volver a mirar el reloj de la cocina, ése que decidió no detenerse contigo y seguir marcando los pasos de un espacio que continúa salvo para quien no pudo seguir el ritmo más allá de la noche...

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