Escapé al amanecer. Compré una historia. La cambié. Talé la ignorancia. Volvió. Olvidé en un lienzo. Leí. Descubrí secretos, personajes, los versos más agresivos, los más reales, los de verdad. Eché la vista atrás. Me inspiré en las musas de un escritor sin ideas. Corté las escenas y regresé. Fui primera y tercera persona.
1 comentario:
Me gustó el texto. Un saludo :)
Publicar un comentario