Preparado a contar tu historia en un teatro. Apoyado sobre el vacío de las columnas, desnudas tu garganta ante la inmensidad del calor de unos focos demasiado lejanos. Sumido en un papel que no es el tuyo, deslizas las vocales y dejas que se mezclen con las consonantes que se escapan por los tejados. Retocas los pasajes en los que las turbulencias se hacen más fuertes. Cambias el final. Llueve sobre la superficie de una acera en cuarentena.
1 comentario:
No todo es teatro
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